Actualmente, la forma en la que la gente mide el éxito es anticuado. Para un joven, ser dueño de una casa o un carro esta pasado de moda. Esto no solo sucede en México, un creciente número de jóvenes de todo el mundo se opone a obtener cosas materiales.
¿Por qué está pasando esto?
Algunos sociólogos dicen que esto es debido a que los jóvenes han sufrido muchas crisis financieras. En México un millennial ha pasado por 3 crisis financieras (87, 94-95, 2008) y es por eso que la gente tiene miedo a comprometerse por décadas a pagar un préstamo.
Pero, no es la razón más importante. La cosa es que, las generaciones de hoy tenemos una diferencia muy marcada con la generación de nuestros padres – Simplemente tenemos otros valores.
La gente exitosa no necesariamente tiene que tener casas. Rentan.
El éxito viene de invertir en experiencias: Viajar, hacer deportes extremos, aprender idiomas, etc.
El punto es que los jóvenes no quieren estar atados a un lugar con una hipoteca a 20 años y pasar todos los días 2 horas en el tráfico. Call me crazy, pero esa idea de vida no pinta muy bien. Todo lo que queremos es horarios flexibles, independencia geográfica y financiera.
Los jóvenes no tienen interés en cosas materiales.
¿Para que tener carro si puedes andar en UBER? Es casi como tener tu carro personal con chofer y no es tan caro como tener tu propio auto (mensualidades, seguro, reparaciones, pensión etc). Para que comprar una casa en la playa e ir ahí todo el tiempo cuando puedes encontrar cualquier casa en mundo en AIRBNB. Ya no es necesario pagar de más por tener un lugar en el país que más te guste.
La falta de interés en tener una casa, también se extiende a tu ciudad. El no saber cuánto tiempo te vas a quedar en tu ciudad. Para qué tener una hipoteca por 20 años si puedes vivir en muchas partes rentando. Los millenials cambian de trabajo en promedio cada 3 años, probablemente te estarás mudando cerca de tu trabajo constantemente.
La felicidad no está en tener cosas
En la última década, diversos estudios han demostrado que en términos de felicidad y bienestar, gastar dinero en experiencias es mucho más redituable que adquirir cosas.
Las experiencias nos ayudan a hacer amigos
Interactuar con la gente forma una gran parte de nuestras vidas y las personas que decidimos traer a nuestras vidas tienen una gran influencia en nuestra felicidad.
¿Qué crees que prefieran escuchar las personas?, del año que te fuiste a vivir a París o del carro que te compraste. De hecho, resulta que a la gente no le gusta escuchar de las posesiones de otras personas, pero si les gustaría escuchar de esa vez te encontraste a Coldplay en San Francisco. Hasta las malas experiencias se pueden hacer buenas historias, tu reloj de 50 mil pesos no.
Preocupaciones innecesarias
Las cosas que poseemos, sobre todo si son muy caras, hacen que nos preocupemos por su condición. Por ejemplo, cuando compras unos lentes de $6,000 pesos estás todo el tiempo preocupado de que no se te rayen, que no te los vayan a robar y que no se te vayan a caer. Para que al final los pierdas en el mar en la peda.
Lo mismo pasa con un coche o con comprar cosas muy caras, siempre existe un constante miedo de que algo les vaya a pasar, después de todo cuesta trabajo conseguir las cosas.
Todas tus compras pierden valor
Nuestros padres no eran capaces de viajar tan a menudo como lo hacemos nosotros, simplemente eran otros tiempos y no había la posibilidad de tener tanta diversión, así que mejor compraban
cosas. Creo que el mejor ejemplo está en Estados Unidos, por muchos años los baby boomers fueron los que sostenían la economía americana, compraban carros, casas, ropa, relojes, de todo. Pero ahora, por más que el gobierno americano facilita el crédito, los milenillas simplemente no gastan. Si no pregúntenle a FORD el trabajo que tienen que hacer para convencer a un milenial de comprar un carro. Y no los culpo, después de todo, cada compra si no es una casa o un apartamento se depreciará muy rápido.
Definitivamente las experiencias son las mejores inversiones y no creo que dejen de pasar de moda en un futuro cercano. Existen muchos programas que te permiten trabajar y estudiar en los mejores países, por lo que prácticamente la experiencia es gratis. Un buen ejemplo es Irlanda o Canadá que te permiten trabajar medio tiempo durante tu programa y tiempo completo en vacaciones. Nadie se arrepiente de no haber hecho más dinero para su jefe, pero sí de los viajes que dejamos pasar.